domingo, 23 de agosto de 2009

Discurso por el lanzamiento de EnseñaPeru

Haití, un país con un número similar de habitantes a los de Lima, tiene la renta per cápita más baja de todo el hemisferio occidental. 70% de su población vive en la pobreza. La esperanza de vida de los haitianos apenas supera los 55 años. ¿Por qué les cuento de Haiti?

Hace algunas semanas asistí a un programa sobre cómo movilizar a la sociedad civil para afrontar desafíos complejos. La mayoría de asistentes provenía de África, Medio Oriente y América Latina. En las introducciones entre individuos de diversas nacionalidades en este tipo de encuentros, lo típico es asociar a la persona con lo característico de su país de procedencia. Así, cuando me presentaba, la mayoría respondía: “Ah, Perú… Machu Picchu”, “Claro, peruviano… como el Pisco”. Otros lo asociaban con nuestra emergente economía y unos pocos con logros en las tablas y la gastronomía. Hasta que me presenté ante Valerie, una directora de colegio que, luego de una sonrisa cómplice, me dijo: “Ustedes son iguales que nosotros” Me quedé pensando y no tenia ni idea a que se refería. Sonreí pero ella se puso seria. Y me dijo “Ambos somos últimos en la región en educación”. Valerie es de Haití.

El Perú se ubica en los últimos lugares a nivel regional y global en equidad y calidad educativa. Solo 1 de cada 10 niños logra el aprendizaje previsto para matemáticas y lenguaje. En un colegio público en San Juan de Lurigancho, a pocos minutos de este lugar, solo 4 de cada 100 jóvenes van a la universidad. La única respuesta posible ante esta realidad es la urgente necesidad de promover una revolución creativa, un reavivamiento desde la raíz.

En los últimos años se ha generado cierto sentido de urgencia. El empresariado está siendo evidentemente más responsable con la educación. Son innegables los avances del gobierno. Pero también es innegable que se requiere mayor urgencia y prioridad de parte de todos. ¿Cómo? Si todo sistema está integrado por personas, ¿por qué no, entonces, inyectamos una nueva masa crítica de personas a tal sistema quebrado? ¿Quiénes? El sistema requiere de un duchazo de frescura para introducir nuevas actitudes y paradigmas. Requiere de múltiples competencias para enfrentar complejos desafíos. Más aún, necesita repensar el “núcleo ejecutor” donde sucede día a día la magia del aprendizaje de todo niño: el aula y la escuela.

¿Por qué no, entonces, comprometer al mejor talento de jóvenes peruanos para que ejerzan su liderazgo en escuelas públicas en zonas vulnerables del Perú? EnseñaPerú es un intento de respuesta. Una nueva organización social que busca construir un movimiento integrado por jóvenes líderes que contribuya eficientemente a eliminar la alta inequidad y baja calidad educativa del país. Cada joven líder enseñará y compartirá sus conocimientos y experiencias con los niños en el aula de clase y trabajará conjuntamente con los directores y maestros creando un ambiente en el colegio que facilite el aprendizaje.

¿Por qué funcionaría?

Funcionaría porque su eficiente impacto está comprobado a nivel global. EnseñaPeru es miembro de la red global Teach For All, donde también participan países como Inglaterra, Australia, India y Chile. Conocí a su fundadora Wendy Koop hace algunas semanas. A los 21 años, habiendo egresado de Princeton, decidió construir un movimiento para eliminar la inequidad educativa en EEUU. A los 41 años, 20 años después, Barack Obama le propuso ser Secretaria de Educación. Le pregunté qué había pasado con tal ofrecimiento pues actualmente otra persona ejerce la posición de “ministro”. Bajó la mirada, dibujó una sonrisa y con mucha seguridad y un brillo humilde en sus ojos me respondió: “Le dije que no, sentía que aportaba mucho más armando este movimiento desde la base que trabajando algunos pocos años desde la Casa Blanca”. Y claro, los jóvenes de Teach for America multiplica por tres el aprendizaje de los niños.

Funcionaría también porque estamos trabajando dentro de un círculo de excelencia en el Perú. El Estado está impulsando los colegios emblemáticos y sigue fomentando el Proyecto Educativo Nacional. Empresarios por la Educación está invirtiendo más y facilitando sinergias. Instituto Apoyo tiene éxito en sus programas metodológicos y virtuales en el aprendizaje de matemáticas. La Universidad Cayetano tiene como desafío la comprensión lectora de niños en colegios públicos. Fe y Alegría e IPAE mantienen las redes de colegios más exitosas del país. Venimos trabajando con todos ellos para que nuestros Jóvenes Líderes potencien sus programas. Creemos en las sinergias y en el trabajo en red para maximizar el impacto.

Funcionaría porque la formula es simple: invertir en personas. Desde que comenzamos esta aventura, una de las principales dudas de incrédulos pesimistas y de críticos constructivos ha sido si los jóvenes peruanos tomarán la difícil decisión de dar 2 años de sus vidas para trabajar en EnseñaPerú. Las variables a considerar son muchas: cuál será el sueldo, cuáles los beneficios, acaso el sacrificio no es excesivo, qué harán después de los 2 años, entre otras. Tengo una primera respuesta, quizás soñadora: tenemos el convencimiento de que nuestra mejor gente, el mayor talento de jóvenes se la jugará para afrontar nuestro mayor desafío. Estoy convencido que algún día seremos un país donde todos los niños y jóvenes tengan la oportunidad de acceder a una educación de excelencia.

Tengo una segunda respuesta quizás más racional: en la última encuesta realizada a 600 estudiantes durante el CADE Universitario, el 72% considera que fomentar una educación de calidad debe ser el principal objetivo del Perú. Más aún, las dos terceras partes de los asistentes tienen mucho interés en participar activamente en la solución de los problemas sociales del país.

Pero tengo una tercera respuesta. Una que más que respuesta es un primer efecto demostración de este movimiento. Quiero invitar a todos los miembros de EnseñaPeru a que pasen adelante, al equipo, a los voluntarios y a los Coordinadores Universitarios.

Esta es la mejor demostración de que ya existe un esbozo de este movimiento. Un eficiente equipo a tiempo completo de 5 personas. 25 coordinadores de EnseñaPeru de 11 universidades públicas y privadas y de 12 diversas carreras, quienes desde ayer se desempeñan como “gerentes” en sus centros de estudio para idear, planear y ejecutar un plan de difusión y reclutamiento. Su meta es alta: captar a 700 postulantes para que después de un exigente proceso de selección contemos a partir de marzo del 2010 con la primera generación de 50 los cuales contarán con competencias tales como liderazgo, perseverancia al enfrentar retos, fuerte pensamiento crítico, habilidad para influenciar y motivar a otros, habilidades de organización, respeto por los estudiantes y familias.

En pocos meses, se ha formado un valioso equipo de cerca de 40 personas. En una semana, más de 1,200 jóvenes ya son fans de EnseñaPerú en el facebook. Todos poseemos una única combinación de pasión, desafío y sacrificio. Diana y Cristian abandonaron una ascendente carrera en empresas como J&J y Nestlé para trabajar en EnseñaPerú con un sueldo considerablemente menor. Bernando, natural de Iquitos, bombero y pronto ingeniero de la UPC y Silvia, pronto antropóloga de San Marcos ya decidieron y serán nuestros primeros postulantes. Mónica y Mabel, primeras de su promoción en la USIL y la UNIFE, respectivamente, les siguen los pasos. Fabio de la San Martin no solo quiere postular apenas se gradúe, sino sueña con armar EnseñaPerú en Trujillo. Lola, administradora de la de Piura y joven de Voces Nuevas del Banco Mundial, y Gonzalo, representante estudiantil de la Agraria, dicen no aguantar el año que les falta para que se gradúen y puedan postular. En Cusco, Paul, estudiante de economía de la Abad y dirigente universitario quiere atreverse. Ellos ya están escribiendo el cambio. Ellos ya decidieron jugársela.

Los quiero invitar a todos ustedes a que también escriban el cambio. A que, como ellos, asuman un desafiante reto y hasta un sacrificio por cada niño que hoy no tiene la educación que se merece. Quiero invitarlos a que también se la jueguen.

No voy a pedirles que enseñen 2 años. Aunque son muy bienvenidos. Algunos me recomendaban, “si los invitas a ‘escribir el cambio’, diles que ‘escriban un cheque’”. No estoy de acuerdo. El dinero no es lo más importante. Lo importante es que estos jóvenes sientan que ante su sacrificio, ante los problemas y caídas que enfrentarán, se sientan respaldados por ustedes. Puedan estrechar una mano con experiencia, sientan un abrazo de aliento y escuchen una voz que susurre “aquí estoy”. Los invito a cruzar la línea de la “responsabilidad social”. Que la crucen hacia un compromiso real y, más aun, que hagan un sacrificio por lo realmente importante en nuestro país: la vida de miles y esperemos millones de niños y jóvenes de nuestro país que serán cambiadas por estos jóvenes. Si esta noche, tan solo el 10% de los presentes se compromete a apoyar a 1 Joven Líder cada uno, estamos financiando la mitad de todo el programa del 2010. ¿Cuánto vale financiar 1 Joven Líder? Reclutar, seleccionar, entrenar, apoyar y remunerar a 1 Joven Líder cuesta $10 mil. El otro día, un amigo ejecutivo de una pequeña minera me contaba que, ante una protesta de su comunidad de influencia por el transito, compraron 1 semáforo a $10 mil. $10 mil cuesta un semáforo. Varios “semáforos” hoy quizás comiencen a escribir una nueva historia en la educación de muchos para que tengan luz verde para soñar. No es cuestión del dinero. Es cuestión de que cada uno de nosotros ponga al servicio de los demás sus dones y sus posibilidades y más para darle un giro radical a este quebrado sistema educativo.

Antes de que el equipo baje del estrado y dejen en sus mesas unas tarjetas de invitación a aquellos de ustedes que nos quieren acompañar y apoyar en esta aventura, quiero terminar con una ultima reflexión, una más de mi experiencia de vida.

Durante los dos últimos años de mi vida, estudie en Washington DC y trabaje en la embajada del Perú para el TLC. De regreso, habiendo bajado de la torre de cristal, decidí que quería sentir mi país. Comencé a visitar y vivir en comunidades rurales en Puno y Cusco. Y en medio de estos viajes, me llegó esta propuesta de comenzar a construir este movimiento y facilitar este extraordinario equipo. La decisión fue complicada. Mucha incertidumbre y ansiedad. Un día, mientras decantaba la propuesta, estaba conversando con niños en el Festival del Paya Yatiwi –dos saberes en aymara- en el colegio inicial Molinos en Juli, Puno. Un niño en particular me llamo la atención por su energía al bailar y por su enorme sonrisa. Junior tiene 9 años. Le pregunte que quería ser de grande. Me miro. Su sonrisa desapareció. “No entiendo la pregunta” me dijo. “Que? puedo ser grande”. En 3ro de media tuve que trabajar para pagar mis gastos, enseñando clases de reforzamiento a adolescentes con malas notas. Fue una de los momentos más plenos de mi vida. Estaba impactando la vida de una persona. Cómo no jugársela, como no sacrificarse por escribir el cambio en una vida. En la de millones de Junior que no saben que SI pueden ser grandes.

Este es un desafío mayor que el TLC. Este es un reto más complicado que cualquier maestría o trabajo. Este es el mayor desafío de nuestras vidas. No esperaremos a que alguien más actúe. El movimiento ya comenzó. Pero, déjenme decirles: no puedo solo. No podemos solos. Solo podremos si todos juntos nos levantamos para la acción, para alzar nuestra voz y unirnos como verdaderos peruanos que amamos nuestro país para dar respuesta a la voz de auxilio de millones de niños. Solo todos juntos seremos capaces. Ellos están dispuestos a escribir el cambio. Tú puedes escribir el cambio. Nosotros debemos escribir ese cambio.

Muchas gracias,

viernes, 12 de junio de 2009

En medio del caos... orquestar el futuro

Dias complejos e intensos estos. La selva pintada de sangre fruto de un conflicto gestado no por un decreto sino por la realidad o la percepcion de que no todos los peruanos estamos incluidos. Los Andes azotan de frio y granizo y matan a niños y ancianos. El congreso con varios padres de la patria suspendidos con la maxima sanción. Universitarios que salen a las calles a alzar su voz y terminan a las manos con la policia. La crisis global que todavía no toca fondo y que sigue afectando nuestro aún relativo dinamismo economico.

En medio de la tormeta y el caos, es momento de tomar aire, dar un paso atrás, subirse al balcón y mirar hacia el futuro. No le temamos al conflicto y a la crisis. Son buenas oportunidades para forjar procesos de aprendizaje y para acelerar el sentido de urgencia de construir visiones compartidas entre la pluralidad del Peru. Mas que lideres superhombres, autoridades tecnicas o agentes del orden, requerimos de directores de orquesta que armonicen esta situación. La economia, la gastronomia y el turismo, ademas de nuestro pasado milenario son nuestros activos, pero aun estamos ultimos en la fila en cuestiones tan elementales como la educacion, la democracia y la confianza.

Que queremos como pais? Cuales son los mayores desafios que debemos frontar al 2021? Como nos imaginamos un Peru de Primera? Algunas reflexiones

Desafíos al 2021: una mirada desde fuera
http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/desafios-al-2021-mirada-desde-fuera/20090612/299593
"...En parte también ello se produce debido a una condición: somos una sociedad bastante heterogénea y caracterizada por una amplia diversidad cultural. Requerimos de buenos directores de orquesta que armonicen la multiplicidad de valores, culturas, creencias y vivencias de los casi 30 millones de peruanos. ¿Cómo esbozar un derrotero común cuando los principios de las cosmovisiones occidental, andina y amazónica coexisten pero parecen colisionar continuamente? Izquierda-derecha, Estado-mercado, tratado de libre comercio-proteccionismo, entre otras, son opciones binarias que se quedan cortas para dar respuestas reales a tal desafío. Lo único cierto es que debemos forjar en niños y adolescentes elementos armonizadores como el respeto mutuo, la valorización intercultural y la confianza interpersonal..."

Peru de Primera
http://www.perudeprimera.com/web/invitados/detalle/27_alvaro-henzler
"2021. Una mañana sin frío en Puno. Una mañana soleada en Lima, la usual gris. Una mañana peruana: milenaria, mágica a la vez que plena, real. Una mañana que al despertar con júbilo y ansiedad, debido a la celebración de nuestro cumpleaños patrio número 200, me levanto a tomar café y leo en la portada de los periódicos: “El desarrollo del Perú ya no es más un esperanzador sueño o una idealista visión; es una satisfactoria realidad concreta y plena...”

viernes, 24 de abril de 2009

Una nueva generación dispuesta a jugársela

Comencé estudiando en la universidad en el año 2000. Ese hecho es quizás el más tangible de que soy parte de una nueva generación: la milenaria. Según Howe y Strauss, profesores de Harvard, ella es una de las seis generaciones que actualmente coexisten: GI, Silenciosa, Boom, X, Milenaria y la Natal.

Mi padre es hijo del primer matrimonio alemán-peruano de los Henzler en el Perú. Su padre, mi abuelo Willo, era vendedor de salchichas. Mi madre, quien naciera medio de casualidad en Chimbote, fue fruto de un amor entre una guapa Ruiz y un coqueto Vernal. La fama de mi papapa, Cano, el popular “miel de abejas”, no residía en su profesión -era un leal trabajador de puertos-, sino por su simpatía única y porque preparaba un ceviche de tal calidad que propiciaba la publicación de su receta en los periódicos chalacos. Ni mi mama ni mi papa terminaron una carrera universitaria. No necesariamente porque no quisieran. Ahora, nosotros tres, sus hijos, sí tenemos, a diferencia de ellos, educación superior. Eso es movilidad social.

Mi mamá imaginaba de niña que algún día existiría un aparato que grabara su programa preferido. Mi papá en su compañía, cuando yo era niño y la visitaba, tenía que imprimir 100 páginas de nuevo porque había un error en una cifra en la propuesta para un contrato de limpieza. Mi hermana miraba tele en blanco y negro. Mi hermano jugaba el Atari. Yo estaba fascinado de tener una computadora en mi casa, una 386, la cual demoraba unos 5 minutos en “cargar”, luego de teclear algunas palabras al costado de “C:/”, ahí en esa pantalla negra del D.O.S. Hace 30 años no existían las computadoras personales. Hace 20 años no existían los celulares. Hace 10 años no existía Google. Hace 5 años no existían los blogs ni Wikipedia. Una generación menor a la mía, la “natal”, chicos entre los 12 y 24 años, tendrán muy pronto más amigos cibernéticos que los que físicamente conocen. Qué tremendo cambio tecnológico, uno que transforma también las dinámicas sociales.

Somos tres hermanos. Dicho sea de paso, nos queremos muchísimo. Gigi nació en los 60s y Rihard en los 70s. Miembros de la Generación X. Ambos nacieron en un mundo geopolítica e ideológicamente dual. Ambos crecieron en medio de gobiernos militares, transiciones políticas y agudas crisis económicas. Ambos disfrutaron medianamente su juventud escuchando rock y seguramente incumpliendo a veces el “toque de queda”, poniendo a mi madre nerviosa quien los esperaba con velas, debido al apagón. No es casualidad que ni ellos ni casi ninguno de sus amigos, de los que conozco, trabajen en el Estado o en el sector social. No es que no les interese su país, o quien gobierna, o qué política se discute o se dicta. Es que el contexto de crisis generalizada de nuestra sociedad fue de tal magnitud que propició, más que una “década perdida”, “generaciones subutilizadas”.

Hoy, mis amigos trabajan cada vez más como influyentes técnicos en los Ministerios, como arriesgados fundadores de organizaciones sociales, como curiosos gestores de proyectos descentralizados, como creativos gerentes de sus propias iniciativas empresariales. Cuando mis hermanos estaban en la universidad los grupos universitarios eran básicamente centros de estudiantes de cada facultad. El otro día en la plaza de la UP, había una feria con más de 10 iniciativas multi-facultades e interuniversitarias: Acción Sostenible, Acción Universitaria, Boceto, Coherencia, Convergencia, Voluntades, además de otras muchas que existen como Minkando, JARC Peru, Ophelimus, entre otras.

Howe y Strauss plantean que la edad compartida en un momento de la historia y las actitudes frente a la familia, la cultura, los valores, el riesgo y el compromiso cívico de las distintas generaciones marcan cuatro distintos estereotipos: profetas, nómadas, héroes y artistas. Nuestros padres son profetas, nacidos después de una guerra o gran crisis, durante un tiempo de rejuvenecimiento de la vida en comunidad y de consenso sobre el nuevo orden societal. Los profetas crecieron en un ambiente de consentimiento a los niños, se hicieron jóvenes narcisistas en medio de un despertar espiritual, cultivaron sólidos valores morales a la mitad de su camino y emergieron finalmente como sabios guías de otros y sobre otras crisis históricas. Se les recordara por su pasión en la juventud y por su actuar adulto basado en principios. Sus recursos principales son la visión, los valores y la religión.

En cambio, nosotros, pertenecientes a la generación milenaria, somos héroes, nacidos después de un despertar espiritual, durante un tiempo de pragmatismo individual, de auto-confianza, laissez-faire y chauvinismo nacional. Los héroes crecieron como niños protegidos, se hicieron jóvenes valientes trabajadores de equipos para enfrentar crisis; enérgicos y con un orgullo a veces desmedido a mitad de sus vidas y emergen como poderosos adultos asaltados por otro despertar espiritual. Se les recordara por sus triunfos colectivos en la juventud y por sus pretenciosos logros de adultos. Sus principales recursos son la comunidad, la opulencia y la tecnología.

Somos una generación que no está dominada por la dualidad ideológica de la imposición, hasta violenta, de una verdad, sino por el dialogo abierto en una curiosa búsqueda de verdades. Somos una que se resiste a la autoridad y a las reglas de instituciones rígidas y estáticas, y más bien una que se anima a ejercer el liderazgo cuando corresponde y a compartir valores dentro de organizaciones flexibles y en red. Somos una generación más virtual y menos geográfica. Mas comunitaria y menos dividida por las circunstancias de fronteras y montañas.

Hoy es momento de afrontar importantes desafíos que históricamente el Perú ha postergado como la educación de calidad, el reconocimiento de y entre todos como peruanos, la búsqueda de la felicidad y el aumento de la confianza como base de la cohesión social. Es momento no solo por nuestro posicionamiento económico, ni solo por ser una cultura milenaria que cuenta con una de las maravillas del mundo. Sino, y sobre todo, por su gente y por esta nuevas, distintas y esperanzadoras generaciones. La elección presidencial del joven Barack de origen multicultural, cuya principal experiencia profesional fue como community organizer; la nominación de un ex director de la exitosa fundación social Un Techo para Mi País como jefe de campaña del candidato presidencial de la concertación chilena; el hasta ahora discurso de potenciales candidatos presidenciales, como PPK o RDC, de atraer jóvenes a la política para ser parte activa de la solución de nuestros problemas, son una alineación no casual de estrellas. Es fruto de la movilidad social, del cambio tecnológico, del favorable contexto y de la creciente existencia de espacios donde jóvenes muchos, además de amar a su país, están dispuestos a jugársela.

lunes, 30 de marzo de 2009

Reflexiones (sesgadas) sobre Convergencia

Luego de una intensa semana de trabajo, el viernes en la noche, en compañía del buen Chino Cristian, me enrumbé a la ciudad de Arequipa. “12, 14 horas no más demora en llegar” nos dijeron al salir del Terminal de “ExcluCiva” en Javier Prado. Fueron casi 16 horas, aunque felizmente reposamos en asientos-cama (de verdad 180 grados). Lamentablemente solo estuve dos días en esta hermosa ciudad, luego de los cuales puse en duda por primera vez que mi ciudad preferida del mundo era Cuzco. El Chino y yo “invertimos” en el bus casi 50% del total de horas que pasamos en Arequipa por una invitación: participar en la 1ra Jornada de Integración Nacional del Grupo Convergencia “Convergiendo entre lideres”.

Es evidente que por el cariño y la pasión que siento fruto del tiempo que le dediqué, estoy tremendamente sesgado en mis reflexiones y sentimientos hacia Convergencia. Es una sincera confesión. Aunque, ello no imposibilita compartir con ustedes unas líneas sobre el desarrollo, expansión y perspectivas de este Grupo, una ilusión que algunos inocentes y soñadores universitarios peruanos tuvimos allá por el año 2002.

Desarrollo. Hace más de 7 años, Convergencia comenzó editando una revista universitaria. Hoy es un Grupo que fomenta nuevos espacios de comunicación y discusión. En los últimos meses, los convergentes han organizado foros en universidades y en el Congreso de la Republica, han publicado blogs y boletines virtuales (“Sociedad y Análisis: 100% pluma universitaria”), han dado paso a nuevos liderazgos en el Grupo y se han reorganizado con nuevas áreas: por ejemplo, gestión de descentralización y gestión de liderazgo. Ahora están co-organizando, junto a AIESEC, el CADE Universitario 2009.

Expansión. En los salones del Colegio Lord Byron donde se llevó a cabo los 3 días de jornada asistieron cerca de 40 jóvenes peruanos de universidades e institutos nacionales y privados de Cusco, Arequipa y Lima, las tres sedes del Grupo Convergencia. En sus conversaciones, ya hablaban de las próximas sedes de Moquegua, Tacna y San Martín. La comunidad convergente, entre miembros activos y aquellos que alguna vez pasaron por esa valiosa experiencia, debe ya llegar a los 400 peruanos de cerca de 30 centros de estudios distintos y 25 carreras diferentes. Este enfoque plural es especial. Cuando estuve en Cusco con el increíble equipo humano de Convergencia y preguntaba porque sacrificaban horas y nuevos soles por esta iniciativa, podría resumir la respuesta así: “Primero pensaba que eran tonterías, que solo me quitaba tiempo. Pero me di cuenta que era una propuesta que nunca se había dado en Cusco: que estudiantes de la Abad (publica) y de la Andina (privada) de diferentes carreras, se sentaran, dialogaran y pensaran juntos en un Cusco y Perú mejor”. El sentimiento de ellos hacia Convergencia me desbordó. Muchos hablaban que “amaban” Convergencia.

Perspectivas. Los miembros de Convergencia me invitaron dar unas palabras en su jornada. Centré mi exposición en 5 ideas sobre el futuro inmediato. Uno, adelantarse a la transición social que el mundo esta experimentando fruto del cambio tecnológico. Dos, diariamente preservar la esencia y estimular el progreso como claves para la perdurabilidad institucional. Tres, como organización sin fines de lucro, enfocarse en desarrollar redes hacia fuera: involucrar voluntarios, trabajar con empresas, colaborar con fundaciones amigas y recomendar al gobierno. Cuatro, desarrollar espacios comunes entre los miembros para generar una actitud diaria basada en la confianza. Cinco, ejercer y compartir el liderazgo como un arte de adaptación. Y una “yapa”, no olvidarnos nunca de lo que realmente es importante: el 40% de peruanos que vive en pobreza, el 85% de los jóvenes que no confía en los demás, el 40% que no esta satisfecho con su vida, las 2/3 partes que quiere migrar. El reto de “ser la voz de los jóvenes del Perú” en un país de escasa cultura democrática y de un alto nivel de fragmentación social sigue mas vigente que nunca.

El Grupo Convergencia en su muy corta vida en términos históricos -aunque larga en términos comparativos a organizaciones de la sociedad civil- ha tenido muchos aciertos. Desde su fundación, sin embargo, ha tenido fallas y ha tomado malas decisiones debido sobre todo a la falta de experiencia. Sin embargo, esto es precisamente lo valioso: el proceso de aprendizaje que los jóvenes experimentan al organizar y liderar una organización. Remarcando nuevamente mi sesgo, creo que el Grupo Convergencia es una alternativa, entre otras varias, de cómo hacer las cosas bien en el Perú de manera diferente. Liderazgos y desarrollo desde las bases en vez de un líder todo-poderoso desde las altas esferas del poder. Dialogo y confianza entre posturas distintas en vez de violencia e insultos ante la discrepancia. Procesos descentralizados dinámicos en vez de ordenes centralistas de Lima hacia las provincias. Ser convergente es una linda excusa para comenzar a construir un Perú mejor.

viernes, 20 de marzo de 2009

Claro pe, Obvio po: Peru(chos) - Chile(nos)

Estoy sentado frente a una ventana mirando como va despertando el soleado y ordenado Santiago de Chile, mientras trato de afinar las ideas de este post. Después de algo más de 3 horas de vuelo vía TACA, el largilucho de Tomas me recibió en el aeropuerto con una cordial sonrisa. Nos dimos un abrazo como esos de amigos del cole. Sin embargo, era la primera vez que nos veíamos. Como a las 3 de la madrugada llegamos a su departamento en el barrio Las Condes, en la zona oriental de Santiago. Con arte magistral, y a pesar de ser padre primerizo, Tomas arrullaba a Ana, su guagua de 6 semanas que se había levantado, quizás por mi presencia para ella sorpresiva, mientras me pasaba un colchón, un sleeping y una almohada. Había que descansar. Al día siguiente teníamos reuniones todo el día. Y es que la razón de mi visita era aprender de las lecciones de la fundación chilena enfocada en temas educativos, la cual Tomas lidera con éxito, para el pronto lanzamiento de su símil en Perú. Este vínculo profesional explica en parte su hospitalidad, aunque con seguridad, la razón más importante, es un vínculo más fuerte: “la voluntad de Dios” decíamos.

El estar en Santiago, sintiendo el cariño y el desprendimiento de una familia chilena que solo conocía por un par de cruce de mails semanas atrás, me hizo reflexionar sobre la poco armoniosa y más bien compleja y cíclicamente tensa relación bilateral Perú - Chile. La demanda peruana ante la Corte de la Haya generó algunos ceños fruncidos en el vecino sureño. Y TLC, en forma y fondo, produjo controversia en cierto sector de la opinión pública y en algunos liderazgos políticos peruanos. Entre “hinchas acérrimos” y “críticos ácidos” de un lado y del otro, el debate sucede en el mundo de lo formal, de lo legal, de lo técnico: “La jurisdicción po”, “El beneficio neto pe”. “Obvio po”, “Claro pe”. Pero el verdadero debate se da en otra esfera. Rasqueteando la superficie, ahí en lo mas profundo de las posiciones, son los sentimientos a veces apasionados y los pensamientos en parte inconcientes los que se están moviendo dentro de un mundo mas bien de lo evocativo, de lo relacional, de lo emocional.

“Debemos construir una relación basada en la confianza”. Con esa frase inicial de su charla, allí con mis veintitantos compañeros del programa de liderazgo en Georgetown hace ya 2 años, el General Cheyre, quien reemplazó a Pinochet como Jefe del Ejército a fines de los noventa, lograba interesarme en sus teorías e ideales. Ante un audaz y algo atrevido planteamiento en clase de una situación real que se había dado entre Perú y Chile (la vehemencia e idealismo juvenil lo justificaba), que conllevó a un algo acalorado aunque valioso debate, me di cuenta de algo: la figura institucional es muchas veces distinta a los ideales personales. De alguna manera lo entiendo. Mi familia, los Ugarte Vernal, era una de las 20 dueñas de las salitreras en el sur del Perú. Si, esas que fueron en parte la manzana de la discordia que generó la Guerra del Pacifico. Al comenzar el conflicto, Alfonso Ugarte Vernal, quien personifica el accionar de mi familia, decide no partir (fugar) a Europa como algunos de sus jóvenes amigos, y mas bien decide poner su fortuna al servicio del país: arma y lidera una batallón. Lo del morro es solo una anécdota. Terminada la guerra, mi familia no tuvo más que irse al Callao. Se imaginaran lo complicado de los pensamientos y sentimientos de mi familia ante la figura institucional de Chile: su bandera, sus lemas, sus políticos, su ejército. Aunque vivían en una paradoja fruto de sus relaciones e ideales personales. Basta ver las cartas entre Grau y la esposa de Pratt. Basta recordar la relación de Ugarte con sus amigos de la Universidad de Valparaíso.

¿Será un imposible imaginar que peruanos y chilenos de a pie nos conozcamos, nos respetemos y trabajen juntos por un futuro donde no colisionen el válido deseo de cada uno de ver progreso en su cancha y a la vez configurar una visión compartida? Si el rencor y la tensión surgieron de abusos y violencia con armas portadas por humanos bajo la institución militar y política, la reconciliación, una más allá de lo racional de un acuerdo y lo legal de una demanda, tendrá que ser por gestos simbólicos y relaciones amicales efectuadas por humanos bajo su convicción cívica y moral. Gracias al avance tecnológico -con pasajes 2 por 1 vía LAN, con la conexión virtual directa gracias a skype y faceboook, con llamadas cada vez mas baratas- los jóvenes peruanos y chilenos cuando escuchan “Perú” o “Chile”, ya no les evoca fotos lejanas de presidentes, militares o héroes del bando contrario, sino mas bien recuerdos frescos y cercanos de caras amigas. Pequeños encuentros multiplicados como el mío con Tomas. Algún día la masa crítica será tal, que los ideales de esos muchos estarán muy por encima de figuras institucionales basadas únicamente en el poder geopolítico y la competencia económica.

lunes, 9 de marzo de 2009

Concepcion(es) de bienestar

Uno de los edificios más emblemáticos de Washington D.C. es el imponente local del Banco Mundial, ahí entre las calles 18 y H. Cuando caminaba por ahí a veces me parecía un gigante elefante blanco y otras un funcional avión plateado. Hace más de 60 años, en el periodo post Segunda Guerra Mundial, este fue creado con el objetivo de corto plazo de ayudar a las naciones europeas en su reconstrucción. Con el tiempo, el Grupo fue ampliando sus funciones y hoy tiene como propósito declarado el de reducir la pobreza. Sin lugar a dudas, el avance ha sido significativo: en la actualidad, alrededor del 20% de la población mundial es calificada como pobre, considerablemente inferior al nivel de 55% correspondiente al año 1950. La pobreza mundial ha disminuido más durante los últimos 50 años que durante los 500 años que le precedieron.

La medición cuantitativa de la pobreza se basa estrictamente en términos económicos: vivir con menos de $2 dólares al día. Si bien la definición de una meta con un indicador específico, cuantificable, factible y pertinente es necesario, también es una que resulta acotada, insuficiente y hasta una que puede distraernos de lo realmente importante.

El economista del LSE, Richard Layard, en su libro “Happiness: Lessons from a New Science”, sostiene que debemos repensar qué constituye “progreso”. Para forjar un mundo mejor, el progreso debe basarse más en el desarrollo de la felicidad que en el desarrollo del ingreso. En un estudio comparado de 50 países, la variación en la felicidad es explicada en un 80% por seis factores: ratio de divorcios, nivel de confianza, tasa de desempleo, membresía a organizaciones no religiosas, calidad del gobierno y porcentaje de creencia en Dios.

Esa concepción holistica de bienestar tiene su símil en el mundo andino y amazónico. En una conversación con jóvenes puneños del pueblo de Pucara y alrededores hace unos días, les pregunte ¿Qué les hace feliz? Las respuestas fueron reveladoras: “Conversar con mi comunidad sobre como afirmar nuestra cultura”, “Hacer más la chacra, viviendo bien con mi comunidad y la naturaleza”, “Jugando y conversando cariñosamente con los abuelos, con mis amigos”, “Estudiando para recomponer las capacidades tradicionales y modernas”. En aymará o quechua la palabra bienestar no tiene un análogo exacto. Suma sarnaqaña, suma jakaña o k’uchi jakaña utjayasiña (vivir bien a gusto y criando la vida con alegría en aymará) o allin kawsay, misk’i kawsay (buen vivir, dulce vivir en quechua) son nociones propias de una cosmovisión distinta (no mejor, no peor, tan solo distinta) a la occidental. En la fiesta de carnavales de la comunidad Tuni Grande, seguramente catalogada como pobre o pobre extrema en los informes del MEF, no tuve que pagar ninguna entrada para disfrutar de una abundante y hasta nutritiva comida, de escuchar un concierto de melodiosas y alegres tonadas andinas y de tener acceso a un dispensador casi infinito de la sagrada hoja de coca y de “traguito”. La riqueza en Tuni Grande no era la acumulación de bienes materiales sino la abundancia y entrega de cariño en el seno de la comunidad.

En los debates técnicos y políticos siempre se discute sobre EL modelo económico o EL modelo de desarrollo. Al menos hasta dilucidar mejor sobre estas confusas y complejas concepciones de bienestar, y siendo el Perú una de las sociedades más diversa del mundo quizás debamos comenzar a hablar de UNOS modelos de bienestar. Unos modelos que reflejen lo que a cada peruano lo haga feliz ya sea su relación con los Apus, su fin de semana en la playa o los dólares en su cuenta corriente.

viernes, 27 de febrero de 2009

Entre dos mundos: motivación...

Hace unos meses me encontraba sentado en la oficina del Embajador del Perú en la cuadra 17 de la Massachusetts Ave, Washington D.C. discutiendo los últimos temas pendientes para la entrada en vigencia del TLC con EEUU. La experiencia en la Embajada, la que duró casi 2 años, se inició en reuniones de coordinación y estrategia con nuestras firmas asesoras, continuó en los pasadillos del Congreso de EEUU, así como en los salones del Reagan Center, por la organización de un foro de inversiones; y terminó curiosamente en la residencia del Embajador donde me quite el prestado y temporal terno diplomático y me puse nariz roja y el disfraz de ¨Papa Claun”, para animar a los niños por navidad. Hace una semana me encontraba sentado en una banca a la izquierda de la mesa donde el Presidente y el Teniente Alcalde de la comunidad de Tuni Grande, Puno, anunciaba que “entraba en vigor” la celebraciones de la fiesta de febrero. Esta festividad de casi 10 horas se inició con bailes coquetos entre las parejas-autoridades tradicionales y con tonos puneños producidos por la entusiasta banda juvenil; continuó con una visita al campo santo donde la ritualidad andina se enriquecía con la oración católica, así como en los jardines de la mejor chacra donde comimos papa dulce y amarga en salsa de rocoto, cebolla y atún, maíz y mote, chuño y queso hasta la saciedad (obviamente posterior a una ofrenda ritual a la Pachamama); y terminó con “traguitos” y “cervecita”, disfrazados todos de carnaval, a todos nos habían taripacuy (agradecer, florecer en quechua) con serpentina, pica-pica y talco, lanzados por comuneros mientras susurraban “wifay, wifay” (alegría en quechua).

En un Mazda 3 (prestado), el segundo fin de semana de febrero manejé 97 km. para llegar a las exclusivas playas de Asia, donde el sábado conversé y sobre todo bailé, entre chisguetes de agua y pica-pica, hasta casi el amanecer. Era la fiesta de carnavales de la discoteca de moda, Joia, en el antes terral de “atrás” y en el ahora ¨miamesco¨ Boulevard del Sur. Hace pocos días, el buen Wilber y yo, tras conducir casi 60 km. por un rincón del altiplano peruano en una pequeña moto blanca, entramos a la lejana comunidad de Orurillo, Puno. En un cuarto de quincha y adobe, fui un espectador privilegiado, entre coca y anisado, de la conversación cariñosa y ceremoniosa de los chacra-alcaldes, autoridades tradicionales de la comunidad tradicional, sobre las actividades de carnavales.

Hace dos años, en un salón del Healy Hall, el edificio central de la universidad jesuita más antigua de EEUU, empecé una de las experiencias más nutritivas de mi vida: el programa de liderazgo (curso de vida y afirmación personal debió llamarse) en Georgetown University en D.C., donde conocí a valiosos y ahora queridos amigos de distintas partes de América Latina. Hace dos días, ya no como activo participante, sino como curioso pasivo oyente , me senté en un salón del Centro Pukllasunchis (juguemos en quechua), a pocas cuadras de la plaza del Cusco, donde docentes del sur del país querían afirmarse como formadores de niños y jóvenes lideres locales. Ellos exponían con apasionamiento a la vez que con análisis racional propuestas y alternativas sobre el cómo introducir los saberes tradicionales –rituales, plantas medicinales, por ejemplo- en la malla curricular poblada de los conocimientos modernos.

El Perú es uno de los 5 países más megadiversos del mundo. Algo para enorgullecernos. También somos una de las sociedades latinoamericanas de mayores contrastes, de mayor desigualdad. Quizás para sentirnos desafiados por el reto futuro, mas que avergonzados por la situación actual. Una diversidad étnica, cultural, biológica y una sociedad de contrastes tales que aún no definimos bien si ellas son obstáculos para lograr una identidad nacional afirmada, o son de una complejidad tal que conlleva a una eterna incomprensión o si más bien son una oportunidad única para la felicidad de todos.

En estos últimos años, productos más de experiencias vivenciales que de ejercicio profesional o académico, he visto al Perú desde distintos frentes: desde fuera, del centro del poder político mundial, Washington D.C., capital de EEUU donde más de 1 millón de compatriotas viven; desde su capital, de la moderna Lima, donde el centralismo y el fenómeno burbuja persisten; y ahora desde su dentro, desde las mal llamadas provincias (en latín pro vinci significa “aquel lugar donde habitan los vencidos”) en pequeñas comunidades locales, en pueblos andinos y amazónicos, en ciudades y organizaciones de base pujantes del sur y centro del país. Fruto de estas experiencias, pienso, reflexiono y siento. Por ello me lanzo ahora a plasmar en este blog notas espontáneas, reflexiones no científicas, ideas apasionadas y disparos al aire sobre lo que veo y siento del Perú. No es un intento por dar respuestas o forjar teorías o proponer practicas sobre el desarrollo del Perú, sino un arriesgado ejercicio de compartir con seres queridos y amigos eso que late en mi corazón y que se activa en las sinapsis entre mis neuronas.

Antes pensaba que escribir un blog personal era una práctica algo pedante hasta egoísta (quizás por mis conflictos internos), pero quizás más lo sea retener estas ideas solo para mí y no compartirlas. Si bien el ejercicio de traspasar emociones y pensamientos hacia el exterior por medio del lenguaje (en este caso desde una pluma virtual) es uno solitario e individual, debo decir que desde su inspiración hasta los cortos escritos que presentaré son ejercicios directa o indirectamente colectivos. Felipin me animó siempre a escribir un blog; Oscar le puso el nombre –entre dos mundos- en un chispazo que surgió en segundos; Carlos me motivó indirectamente por su entretenido rol como corueda en la blogsphera; amigos de las instituciones que me dieron hogar –UP, Convergencia, la Embajada, lared- son una inspiración para escribir; y sobre todo Felipe, Fernando y ahora Jorge, que por medio de las oportunidades que gratuitamente me han dado, me hicieron tener un panorama lindo del Perú. Un panorama no completo. No pretendo completarlo, tarea imposible. Tampoco voy a entenderlo (pues ahora ando más confundido). Mas estas experiencias de ayer, hoy y mañana me permitirán quererlo, al Perú, ojala más.